miércoles, 11 de julio de 2012

La obesidad puede ser contagiosa

La obesidad puede ser contagiosa. Es lo que dice un estudio que vincula la influencia de los círculos sociales sobre las personas. Si tenemos amigos gordos las probabilidades de que aumentemos de peso son mayores y viceversa. Si el grupo que frecuentamos está formado por personas delgadas y que practican deportes, tendremos más probabilidades de comportarnos de la misma manera.


La nueva investigación realizada por la Facultad de Medicina de la Universidad de Loyola, en Chicago, EEUU, confirmó que las personas suelen vincularse con otros que tengan una masa corporal similar.

Es decir, las personas con sobrepeso se reúnen y establecen relaciones de amistad con otras que también tengan sobrepeso, sobre todo en la adolescencia, una edad, donde el grupo ejerce mayor influencia, según publicó la ' CBS'.

Esta investigación, sin embargo, fue más allá, y determinó cuál es la influencia que pueden ejercer los amigos en el peso corporal de los otros dentro de un mismo círculo social.

El estudio, dirigido por el doctor David Shoham, involucró a casi 1.800 adolescentes de dos escuelas secundarias en Chicago.

Los investigadores analizaron los registros de los estudiantes en considerando los hábitos nutricionales y de salud de esta población en Estados Unidos.

Estos datos incluían altura, peso corporal, amistades, actividades deportivas y el tiempo dedicado a ver la tele o frente al ordenador.

Al año siguiente se volvió a llevar a cabo el registro de estas mediciones.

Los resultados confirmaron la "agrupación de la obesidad", es decir la forma cómo los adolescentes suelen seleccionar a sus amigos de acuerdo a su IMC.

Pero incluso tomando en cuenta este factor, dicen los investigadores, se encontró un "vínculo significativo" entre la influencia del IMC entre los pares.

Los resultados mostraron, por ejemplo, que un estudiante con un índice de masa corporal (IMC) en el límite entre delgadez y sobrepeso (24 o 25) que tenía amigos delgados (IMC de 20) tenía 40% más probabilidad de reducir su IMC y 27% más probabilidad de incrementarlo.

Pero si un estudiante con sobrepeso (25 o más) tenía amigos obesos (30 o más), tenía 15% más probabilidad de reducir su IMC, pero 56% más probabilidad de aumentarlo.

Tal como expresa el doctor Shoham "estos resultados pueden ayudarnos a desarrollar mejores intervenciones para prevenir la obesidad".

"No debemos tratar a los adolescentes como seres aislados".

Las malas compañías

Los resultados, explican los investigadores, muestran que la influencia social "tiende a operar más en direcciones perjudiciales" que en direcciones beneficiosas, especialmente en lo que se refiere al IMC.

Por lo tanto, agregan, es necesario tomar en cuenta la influencia social en el diseño de tratamientos efectivos para combatir la epidemia de obesidad, especialmente entre los jóvenes.

El estudio, sin embargo, fue llevado a cabo con datos recogidos hace más de 10 años, cuando las tasas de obesidad eran mucho más bajas.

Y estos datos tampoco consideraron la forma en que han evolucionado las relaciones entre los adolescentes y la influencia de Facebook.

Aún así, dice el doctor Shoham, los resultados son importantes porque muestran, una vez más, la influencia de la selección de los amigos y su impacto en la salud.

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