La cantante, que participó en el festival Wireless este fin de semana en Londres, aprovechó su visita a la capital británica para ir a uno de los restaurantes locales, donde pidió cada uno de los platos de la carta.
Al parecer, Rihanna ordenó tanta comida que el establecimiento tuvo que cerrar sus puertas para dedicarse exclusivamente a sus peticiones.
"Rihanna pidió todos los platos del restaurante y ordenó que se le sirvieran en la zona privada", reveló uno de los trabajadores.
Al parecer, el antojo de la estrella de Barbados le costó alrededor de 8.830 euros.
"El restaurante tuvo que cerrar sus puertas el resto del día ya que no quedaban existencias en el almacén. Todo el mundo se reía diciendo que solo Rihanna podía arrasar con Nando's", añadió la fuente al periódico Daily Star.
Pero este gran festín no era solo para la intérprete, ya que esta se ocupó de abastecer también a su equipo de seguridad y a su séquito, que consistía en unas 90 personas en total.
"Era una locura ver a tanta gente alrededor de una sola persona. Pero tenía su propio lavabo, así no tenía que compartirlo con nadie más", señaló el informador.
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